Sinopsis
Horatio abre una nueva investigación cuando dos agentes policiales fallecen junto al camión de armas del Gobierno que custodiaban. En el escenario, Alexx halla varios cabellos en la mano de Chris Ryder, uno de los policías asesinados.
Calleigh y Delko localizan huellas de Richard Williams, un pirómano, en una zona cercana, desde la que probablemente se lanzó un artefacto explosivo contra el convoy. El sospechoso confiesa que vendió explosivos a varios ciudadanos de Baracas. El análisis realizado a los folículos filosos revela que pertenecen a Pedro Cruz, primo del peligroso criminal Clavo Cruz.
El jefe del C.S.I. está convencido de que Clavo está involucrado en el robo de las armas. Pedro, que admite haber disparado a Ryder, niega que su primo esté implicado en el caso. Por otra parte, Wolfe y Natalia relacionan una de las armas robadas con Jesse Tavez, un niño a quien su hermano Ben disparó accidentalmente tras encontrar una pistola.
Posteriormente, Horatio visita a Clavo en la prisión y le acusa de planear el asalto al camión para robar las armas. El presidiario culpa al jefe del C.S.I. de arruinarle la vida y clava a un guardia una navaja casera en el cuello, consiguiendo escapar.
Delko, por su parte, informa a Horatio que Richard Williams robó un cohete M72 del camión gubernamental. Rápidamente, el jefe de los forenses llama a Alexx para pedirle que abandone del juzgado donde Clavo está siendo procesado. Sin embargo, un artefacto hace explosión en la sede judicial antes de que Alexx pueda salir. Cuando Horatio llega al lugar, observa cómo la patóloga forense herida sostiene en sus manos la cabeza de un alguacil fallecido.