Un caso evidente

El C.S.I. abre una nueva investigación cuando aparece el cadáver de una mujer junto a una escultura moderna durante una sesión fotográfica en un hotel. Los investigadores encuentran huellas ensangrentadas en el índice derecho y una pulsera de Cartier en la muñeca de la víctima, una empleada del hotel. Mientras procesan el escenario, Stella y Flack escuchan disparos procedentes de un edificio de apartamentos cercano. Cuando los forenses llegan al lugar, encuentran a Grace Thomason arrodillada junto al cuerpo ensangrentado de su marido, Daniel. Bajo las piernas del fallecido, hallan una segunda víctima. Grace explica que un desconocido estaba golpeando a su esposo con un martillo y ella le disparó.

Además, la mujer confiesa que las dos armas del crimen, el martillo y la pistola, son suyas. Por otra parte, Hawkes descubre que la víctima sin identificar tenía escrita en la mano la dirección de Thomason. En el laboratorio, Sid localiza minúsculos pelos en la cara interna del muslo de la mujer fallecida, que resultan ser de camello.

Flack visita a Tony Deluca, un fotógrafo de moda que utiliza una brocha de pelo de camello para limpiar la lente de la cámara. Los forenses descubren que Deluca mantuvo relaciones sexuales con la víctima poco antes de su muerte. Tony revela que Mandi, una de las modelos, le pidió que hiciera fotos a la empleada del hotel ya que ésta deseaba convertirse en modelo.

En la sede del C.S.I., Grace confiesa a Stella que el hombre que mató es Ron Blunt, el chofer de la limusina de su marido. Mientras analiza la ropa de Blunt, Lindsay se sorprende al ver que la camisa no presenta salpicaduras de sangre.