Sexo, mentiras y silicona

Durante una fiesta nocturna en la calle, Ann Steele busca ayuda desesperadamente poco antes de desplomarse en el suelo. El C.S.I. acude al escenario donde descubre que la mujer sufrió un fuerte traumatismo craneal. Los forenses encuentran la cartera de la víctima debajo de unos arbustos cercanos junto con su blackberry que incluye el número de teléfono del jefe Sinclair. Poco después, Mac interroga a Sinclair, quien habló con Steele horas antes de su muerte. Éste comenta a Taylor que conoce a Ann, dado que ella es una reputada asesora política.

En la sala de autopsias, Sid sorprende a un intruso observando el cadáver de Steele. Mientras visionan las cintas de las cámaras de vigilancia de la calle en la que murió la asesora, Hawkes y Danny descubren una furgoneta aparcada junto un dispensador de periódicos. Lindsay, por su parte, informa a Mac que el cabello rubio encontrado en la ropa de la víctima corresponde a Jan Fowler, un joven de 17 años que entró en la base de datos de personas desaparecidas de Connecticut hace dos años.

Adam se reúne con Stella para informarle que las huellas de calzado del intruso son de unas zapatillas deportivas. Poco después, Danny y Flack acuden al apartamento de Ann en busca de nuevas evidencias, donde encuentran y arrestan a Anthony Martino, un investigador privado cuyas huellas coinciden con las del intruso del laboratorio.

Entretanto, el doctor Hawkes queda con Greg Pullman, un compañero de la Universidad, para tomar una copa. Pullman pide al patólogo forense que le facilite información confidencial sobre el caso de Ann Steele, dado que la asesora está relacionada con su padre. Hawkes se niega a proporcionarle ningún dato y de regreso a casa le asaltan tres hombres.