Sinopsis
Finales de enero de 1976, las huelgas proliferan en casi todos los sectores del país. El recién estrenado Gobierno de Arias Navarro tiene que hacer frente a numerosos paros, encierros y concentraciones que se repiten sin cesar por toda España.
Ni siquiera Antonio ha conseguido librarse de la huelga, que también ha llegado a la imprenta. Desde que se declaró la "guerra" en las Artes Gráficas, Antonio no duerme tranquilo: los obreros se mantienen firmes en su idea de no trabajar hasta que la situación mejore y él está cada vez más preocupado ya que si pierde clientes no podrá hacer frente a los numerosos pagos y teme tener que cerrar el negocio.
Para apoyar a las imprentas y aumentar la presión, algunos periódicos del país han decidido también hacer huelga. Tony apoya el parón porque cree que es la mejor manera de exigir sus derechos. Entiende la preocupación de su padre, que ha luchado duro por el negocio y se siente culpable por no ayudarle en estos difíciles momentos.
Mercedes apoya a Antonio porque sabe la difícil situación que vive su marido. Por eso cuando la profesora del instituto le dice que Carlitos está faltando últimamente a clase decide no comentárselo para no preocuparle más. Intentará solucionar el problema por su cuenta siguiendo los consejos de la profesora, que le recomienda hablar más con su hijo. Pero lo único que consigue es que Carlos le mienta para evitar el castigo.
En realidad Carlos en lo único que piensa es en Julia. Todos los días después de clase va a buscarla a la salida del colegio. Josete está harto de tener que acompañar a Carlos a ver a su novia y no soporta ver lo cursi que se ha vuelto su amigo.
Antonio, más susceptible de lo habitual por sus problemas en la imprenta, se enfada con Carlitos por llegar siempre tarde a cenar, así que le advierte que la próxima vez que no llegue a tiempo no le dejará entrar. El padre cumple la amenaza y Carlitos decide irse esa noche por la ciudad en señal de rebeldía.