El tamaño sí que importa

Mediados de abril de 1977. Mientras los españoles se recuperan de la sorpresa que supuso la legalización del Partido Comunista, Adolfo Suárez anuncia que se presenta a las elecciones del 15 de junio con la Unión del Centro Democrático, una coalición de partidos que incluye a la Democracia Cristiana.

Antonio está cada día más ilusionado con su incursión en política, y más aún ahora que Ochotorena le confirma que irán a las elecciones con la UCD. La campaña es dura y todos los militantes tienen que poner de su parte, por eso Ernesto le pide que imprima en la imprenta los carteles y panfletos que repartirán entre los votantes.

Problemas de la imprenta aparte, Mercedes y Antonio acuden al estreno de una obra de Arturo junto a Miguel, Paquita, Valentina y Pili. A pesar de que se trata de un clásico, la versión que ofrece deja boquiabiertos a todos; incluido a Antonio que teme que su imagen política se vea afectada al relacionarle con determinados círculos sociales. Miguel, por su parte, desde que fue a ver la representación sufre pesadillas y cree que ha perdido su virilidad.

Toni y Juana han tenido que mudarse a casa de los Alcántara ante la amenaza de derrumbe de su edificio. A los problemas de espacio que tienen en casa se une el hecho de que Juana está preparando una exposición de desnudos, lo que hace que tenga el baño plagado de fotografías que, aunque artísticas, están subidas de tono. Mientras, Toni sigue preocupado por el moroso de la imprenta, y más aún ahora que su padre se ha enterado del problema. Intentará solucionar el asunto aunque a su padre no le parezca que lo hace de la mejor manera.

Para problemas los que le pueden surgir a Carlos, que se plantea la posibilidad de trabajar por las tardes en un cine próximo al barrio para comprarse una moto. Como no tiene la edad necesaria para ello, el pequeño de los Alcántara no dudará en hacer lo que sea para conseguir el puesto.