Sinopsis
Los procesados de un sonado caso de blanqueo de dinero apuntan a una venganza como la causa del asesinato del marido de la juez que investiga los hechos. Un disparo a bocajarro con los pies y las manos atadas parece confirmar la sospecha, pero Pope y Charlie descubren que detrás de estas pistas se esconde un secreto que la viuda desconoce por completo y que les lleva a investigar en un edificio cuyo portero, interpretado por Fernando Romay, centra la clave de la investigación.
Por su parte, Pascual y Vanesa investigan la aparición de un coche abandonado en un parking junto al cual se ha encontrado un enorme charco de sangre. A pesar de la gran cantidad de sangre perdida, no hay ni rastro de la posible víctima.
Por otro lado, la muerte durante una persecución automovilística de un chico con la chaqueta de Raúl, el joven hacker desaparecido en el capítulo anterior, lleva a descubrir que el delincuente informático ha caído en las redes de una organización criminal. La búsqueda de Raúl sigue adelante con la ayuda de su amigo Iñaki, que afirma tener la clave para dar con el paradero del desaparecido, pero ni Mikel, ni Clara, ni Lucas, responsables del caso, le toman en serio.
Mientras, en casa de Pope se viven momentos de tensión entre Elo y la madre de ésta. Pope no consigue entender cuál es la causa de este fuerte resentimiento y Elo tampoco quiere explicárselo, aunque tiene razones de peso para mantener dicha actitud.