Dos días

Peláez ha traicionado la confianza de Gonzalo. El que hasta ahora había sido un hijo para él, se ha convertido de la noche a la mañana en su enemigo. El obispo de Compostela ha intentado vender el reino a los normandos, a cambio de su apoyo para derrocar al rey Alfonso y reponer en el trono a García. Los hechos han derivado en una auténtica matanza y entre las bajas se encuentra Animal, hombre de confianza de Gonzalo, que ha desaparecido en la batalla.

Lo que desconoce Gonzalo es que ha sido su propio hermano, Pedro, quien ha a atacado por la espalda a su amigo. Porque quien un día fue el mediano de los Catoira ahora es un salvaje almorávide, educado como asesino en la fortaleza de Yusuf en el Rif. Un hombre cruel, criado como Abdel Rashid, hijo de Yusuf; educado en la cultura fanática almorávide y en el odio a los cristianos. Instruido en el arte de la guerra, una auténtica arma de Alá. Inteligente, calculador y frío. Capaz de aprovecharse del amor de sus hermanos para reducir Compostela a cenizas. Cenizas de las que quizá, gracias el amor de Elvira, aquel joven dado por muerto pueda renacer.

Mientras, el ejército de Alfonso VI llega a las puertas de Compostela dispuesto a arrasar la ciudad. ¿El objetivo? Poner fin a la traición de Peláez. Gonzalo, escondido en el monte con lo que queda de la guardia, consigue que le conceda dos días para detener al obispo. Y así impedir que el pueblo sufra las consecuencias de una guerra.

Gonzalo, junto con su hermano Pedro, cuya auténtica identidad desconoce, se adentra en las murallas de Compostela para deponer al que un día fue su obispo, su Dómine y su padre. Pero la ciudad está tomada por los mercenarios de Tomás y sus pocos aliados o están muertos o van camino de ello.

Los nobles gallegos, reunidos en el palacio de Peláez, esperan a que el Rey García vuelva a ocupar el trono de Galicia para sublevarse contra Alfonso. Pero primero deben liberarle. Nuno, acompañado de sus mejores hombres, está acampado en las inmediaciones del Castillo de Luna, en el que García se encuentra encarcelado. Entrar no va a ser tan fácil como tenían planeado, pues alguien les ha advertido de sus intenciones...

Esteban, ajeno a todo esto, continúa inmerso en la construcción de su Catedral. Las innovaciones cada vez son más espectaculares y arriesgadas y los canteros empiezan a dudar de que sus propuestas sean posibles. Esteban, cegado por su fe en el monje, impone sus ideas por la fuerza sin tener en cuenta los peligros que éstas puedan acarrear.

Al mismo tiempo, en la corte de Toledo, el corazón y las políticas de Alfonso VI comienzan a ablandarse gracias a la influencia de Zaida, algo que Constanza no puede permitir.