Sinopsis
El mensaje que recibió Marcos en el móvil lo decía bien claro: “no vuelvas a llamar o estamos muertos”. Pese a la advertencia, los chicos no se resignan a pensar que están de nuevo en un callejón sin salida y deciden rastrear el número de móvil para averiguar quién es el titular de la línea. Por desgracia, las pesquisas se ven interrumpidas por un trance muy doloroso: Marcos y Paula tienen que acudir al entierro de sus padres.
Lucas ha tenido otro de sus sueños premonitorios. Su padre se empeña en convencerle de que no puede ver lo que todavía no ha ocurrido, pero a Lucas esta vez no le preocupa, porque lo que ha visto ha sido bueno: ha soñado que la mamá de Paula, la misma cuyo supuesto entierro tiene lugar ese día, iba a verla al internado y que ambas se reencontraban con un abrazo en la gran escalera del hall.
Un deshollinador contratado por Jacinta, trabaja en las chimeneas del internado. María no podrá disimular su sorpresa cuando vea que se trata de Toni (Alejandro Casaseca), su exnovio de juventud y el padre de Iván, el mismo que vendió a su propio hijo para comprar droga. Y casualmente, a la vez que Toni, ha llegado Noiret, que le entrega a Iván los papeles necesarios para no perder definitivamente su patria potestad, sin saber que su hijo sospecha que fue él quien mató a Cayetano.