La vida en la ciudad es de lo más estresante y si no que se lo digan a los protagonistas de 'El pueblo'. Movidos por diferentes motivaciones, un grupo de urbanitas huye del asfalto de la gran ciudad para iniciar una vida en uno de los pueblos abandonados de Soria, principal representante de la España vaciada. Pero Peñafría, el pueblo al que marchan, no está abandonado como afirma la guía de viaje. Esta localidad soriana cuenta con cinco habitantes, quienes reciben de manera diferente a los urbanitas que marchan de la ciudad.
Entre ellos se encuentran un constructor prófugo de la justicia y su joven y guapa novia, unos hippies que quieren fundar una ecoaldea, una mujer que escapa de su cáncer junto a su hijo influencer, un rockero en horas bajas y un hombre que huye de su boda. El pueblo gozará de una vida que llevaba décadas sin presenciar, pero eso también traerá muchos cambios en el tranquilo modo de vida de los peñafrienses, que empezarán a abrirse a la modernidad y a unas formas de vivir difíciles de asimilar.
Algunos de los habitantes de Peñafría no aceptarán a los nuevos habitantes, torpedeándoles el camino, mientras que otros evolucionarán, aprendiendo cuestiones de feminismo y tecnología. El choque de culturas estará muy presente, pero ambas partes tienen mucho que enseñar a los otros y juntos pueden conseguir complementarse a la perfección.
Poco a poco, la tensión entre nativos y forasteros provoca que todo estalle por los aires. Al más puro estilo soriano, una trifulca termina traduciéndose en un sonoro disparo, dejando al espectador atónito, pues no se descubre la identidad de la persona que podría haber fallecido. De hecho, los personajes balbuceaban asegurando que una muerte se habría producido. Lo único que puede saberse es que Arsacio portaba una escopeta en ese instante.