Sinopsis
Tristán no consigue ablandar el corazón de Francisca, solo recibe desprecio y crueldad de su madre. Francisca ha citado a Alfonso y Emilia para emplazarlos: deben estar presentes en la ejecución, tienen derecho a la venganza.
Hipólito vuelve a por Quintina y le da un ultimátum: si lo quiere, lo acompañará de vuelta a Puente Viejo.
Olmo se hace el encontradizo con Pía en la confitería y empieza su juego de seducción con ella.
Mariana explica a su madre que en la carta no ha detectado nada extraño. Pese a todo, sigue sin estar tranquila.
Don Anselmo le habla a Gonzalo de la noche que pasó con Tristán cuando él también estuvo condenado. Gonzalo se confiesa y pide a don Anselmo que cuide de su padre. Tristán se despide de Gonzalo antes del momento de la ejecución, mientras el joven sacerdote mantiene su fe en Dios.
Raimundo está preocupado por el enfrentamiento entre Emilia y Tristán a cuenta de Gonzalo, pero Tristán no quiere discutir con su padre.
La plaza se va llenando. Francisca ocupa un lugar preferente y sienta junto a ella a María. Fernando llega y se acerca a María para consolarla.
Gonzalo llega al recinto luchando por no perder la dignidad en sus últimos momentos. Es en ese momento cuando Francisca echa de menos a María.
María se enfrenta al juez para declarar que tiene pruebas irrefutables de que Gonzalo es inocente.