Sinopsis
Al ver el faldón de su hija en el agua, instintivamente, Gonzalo vuelve a lanzarse al río, pero es una falsa alarma, no encuentra nada y desiste de sus intenciones de búsqueda en el lugar, ante la falta de resultados.
Francisca sigue tratando de ganarse la confianza de Bernarda, porque está convencida de que su marido le pega, pero comienza a creer que es imposible.
Isidro sospecha quién puede ser el causante del último cúmulo de calamidades que les ha afectado.
Don Anselmo insiste en defender a los Mirañar, aunque los vecinos los culpan de la sequía de los últimos tiempos y justo cuando ellos se van a deshacer de los impermeables... ¡empieza a llover!. El negocio se pone en marcha y se producen las primeras ventas de impermeables.
Conrado, que sigue ciego, nota un olor intenso que le abre unas misteriosas expectativas.
Candela llega a la confitería, y se la ve tristísima. De fondo, de pronto, el silencio se rompe con el llanto de un bebé. ¿Quién será ese pequeño?