Sinopsis
Francisca parece disgustada y Saúl da por hecho que es por haberle fallado, pero no culpa a Saúl, sino a Severo Santacruz: él es el responsable de lo que están sufriendo. A Saúl, entonces, no le pide explicaciones, solo un abrazo.
Candela no quiere saber nada de quien fuese su suegra, hay muchísimos dolor en sus palabras, pero de pronto, la mujer parece al borde del desmayo y Candela tiene que correr a socorrerla. Pasado el momento, la confitera insiste en su trato frío, y eso que Venancia viene con palabras de perdón: se está muriendo y sólo quiere morir en paz. Venancia no se marcha del pueblo, como le ha pedido Candela, y pide una habitación en la posada.
Prudencio sigue acercándose a Julieta, esta vez para proponerse como maestro de la chica, va a enseñarle a leer y a escribir con propiedad. Julieta se muestra muy contenta, no así Consuelo, quien siempre desconfía del chico.
Adela y Carmelo esperan la llamada de Ulpiano. Cuando suena el teléfono, Adela no se anda con rodeos y le habla de la boda a bocajarro, está enamorada. Francisca verbaliza que cree que la respuesta a Severo y Carmelo solo puede darse desde la acción ¿Está Saúl dispuesto a actuar si ella se lo pide?.