Sinopsis
Julieta se marcha ofendida por las palabras de Saúl, que al quedarse solo, se siente profundamente miserable por haber herido así a su amor, negando que nunca existiera. Prudencio ofrece a Julieta su hombro para llorar y se aprovecha de las circunstancias. A la par, Laura no está disimulando tanto como aparenta con Saúl, se presta a ayudarle porque le gusta de verdad, aunque, de momento, no se atreve a confesarlo.
Alfonso está desesperado porque las noticias que llegan de Cuba no son buenas. A eso, se le suma la situación del caso de Mariana, y así, se encuentra irascible. Raimundo sigue igual de angustiado, y Francisca, consciente de que algo le están ocultando, decide ponerle vigilancia.
Raimundo propone a Emilia que viajen juntos a Cuba a descubrir qué ha sido de Gonzalo y María. Por otro lado, Emilia acorrala a su marido: quiere que Alfonso le diga qué le pasa y por qué llamó a Ramiro.
Mauricio se queda de piedra cuando Nazaria le dice que tiene un hijo; es por él que lo aguanta todo. Severo sigue en su obsesión, nunca abandonará la búsqueda de hijo; se lo prometió a Candela y cumplirá su palabra.
Prudencio quiere hablar con Larraz, en vista de que Saúl no puede controlarlo, y es que Francisca está convencida de que, tarde o temprano, habrá una revuelta contra ella por el asunto del hijo del jornalero.