Sinopsis
Los jornaleros traen una intención completamente diferente a la relacionada con la revolución: quieren disfrutar de una cena. Así, los jornaleros comen servidos
por Francisca.
Severo comprueba que el niño al que a primera vista cree su hijo le rechaza y sólo quiere estar en brazos de Irene, quien trata de dejar claro, que ese niño no es Carmelo. Irene termina de explicarse con Severo una vez ha dejado al niño tranquilo, le da todos los papeles que demuestran que ese niño no es el suyo. Así, el Santacruz vuelve a casa hundido y sin confesar lo que ha pasado.
Saúl ha procurado coincidir con Laura en la Casa de Comidas para pedir explicaciones de por qué le rehúye. Ella, en primer lugar, aduce miedo por haber delatado a los jornaleros antes de levantarse en armas, dice que es preventivo, mejor que no le vean hablar con Saúl.
Con la vuelta a la normalidad, las mujeres reparan en que Espinosa, el abogado de Dos Caras, sigue en el pueblo. Emilia tratará de que no se cruce con Alfonso por tanto como a este le afecta su presencia. Pero, finalmente, Espinosa incomoda a Matías con un interrogatorio que Alfonso enfada sobremanera. Saúl y Prudencio recomiendan a Francisca marcharse de Puente Viejo. Raimundo se niega a huir.