Sinopsis
Raimundo regresa a la Casona tras su viaje y hace una advertencia a Mauricio y Prudencio: no quiere que jamás le pregunten nada de su viaje, ni a quién vio ni lo que allí sucedió.
Julieta intenta hacer entrar en razón a Prudencio en presencia del cura y de Saúl, pero se siente humillado y amenaza con hacer su vida un infierno. Pero será Reneses el primero en traer malas noticias para los amantes…
Alfonso y Emilia vuelven a sentirse un equipo que opera desde el amor incondicional que se tienen… actuarán juntos contra Pérez de Ayala. Así, Alfonso se ha unido a los entrenamientos de Emilia, pero el estado de su ceguera lo dificulta todo.
El General ronda la plaza y Matías se preocupa por la ausencia de sus padres: empieza a olerse algo muy turbio en el ambiente. Cuando Alfonso y Emilia regresan, Matías les exige una explicación.
Severo improvisa unas torpes disculpas con Irene, que sigue adelante con sus planes. Más tarde confiesa a su amigo Carmelo que no va a hacer nada por retenerla y parece que la marcha es inminente cuando Adela pasa a despedirse.
Tiburcio le pone los puntos sobre las íes a don Berengario después de que el cura se muestre insoportable alojado en casa de Dolores mientras dura su ciática.
Un coche se aproxima a la puerta de La Casona, de él desciende Fernando Mesía. La sorpresa de Mauricio es enorme.