Sinopsis
Raimundo habla en serio: no quiere a Julieta y Saúl en La Casona, espera que se vayan por las buenas. Fernando, por su parte, no va a contradecir los deseos de Raimundo: han de marcharse. Prudencio en cambio se lleva una desagradable sorpresa con esta imposición. Cuando están a punto de marcharse, llega Prudencio con urgencia y les pide que se queden. Isaac pide a Matías y Marcela una prórroga para pagarles lo que les debe. Ellos se la dan porque el plazo lo puso él. Y aunque el carpintero acomete el proyecto con ilusión, en casa sigue sin poder olvidar a Elsa, por lo que Antolina no consigue seducir a su marido a pesar de todos sus intentos, así, decide vengarse… de pronto, la madera que con tanta ilusión compró Isaac, arde como una tea. Raimundo y Gonzalo tratan de hacer ver a Matías que no se enfrentan a ningún problema, pero a sus espaldas, nieto y abuelo se muestran muy preocupados por la desaparición de Alfonso y Emilia que ya va para largo. Gonzalo lamenta no haber podido sacarle nada de información a Fernando. Severo quiere acabar con las supersticiones sobre Las Lagunas y pide ayuda al cura y a la maestra. Pero finalmente ni el uno ni la otra han logrado tranquilizar a la gente: Severo se ha quedado sin trabajadores. Irene está a punto de rechazar la oferta de trabajo de Anacleto, pero Adela le pide que recapacite. Dolores decide marchar en busca de Tiburcio y como no podía ser de otra forma, Tiburcio regresa a Puente Viejo horas después de que Dolores se haya marchado.