Sinopsis
El teniente Cepeda comunica a Carmelo y Severo que el agua se encuentra a unos 60 metros del centro de Puente Viejo. Le piden que detenga el llenado hasta que García Morales pueda gestionarlo, pero Cepeda cree que su labor le exige continuar. Matías irrumpe rabioso, expresando su impotencia por las circunstancias y ni su padre ni Carmelo logran calmarlo.
Severo pregunta a Carmelo por su propuesta de retomar la fabricación de galletas, pero el alcalde ha decidido tomar distancia.
Armero insiste en saber sobre el negocio de Prudencio y éste le adelanta que se trata de un préstamo elevado. Lola comenta a Consuelo sus planes de futuro y le invita a sumarse a ellos, pero ésta, le explica que debe quedarse con sus amigos, le preocupa la tozudez de Matías, empeñado en quedarse. Prudencio sigue con su trampa y, a pesar del miedo, comenta a Lola que marcha a rematar el cebo para que Armero pique.
Berengario y Marina le agradecen a D. Anselmo el apoyo que no han encontrado en otros vecinos y le confían sus planes para buscar a Esther y tratar de enderezarla.
Dolores se dedica a pegar la hebra sobre D. Berengario, criticando su proceder y jactándose de que ella lo vio venir. Marina ha localizado a una íntima amiga de Esther y espera su llamada con anhelo.
En La Casona, Raimundo comenta las escasas posibilidades que hay de detener el llenado. Dependen de que García-Morales se recupere, pero no hay tiempo y no es seguro que lo hiciera, aunque Raimundo cree que está arrepentido. Calculan los equipajes e inventario de enseres que Francisca quiere llevarse, en menos de 48 horas, la plaza tendrá agua, al estilo Venecia.