Sinopsis
Marta sorprende a Pablo por la calle e intenta animarlo, ninguno se percata de que alguien les sigue. D. Ignacio comenta con Urrutia el fracaso en el primer intento de contarle a Pablo cosas del pasado y de su madre. Las tres hermanas coinciden en que han soñado con su madre y deciden escribirle una carta. En la carta para su madre, Rosa le cuenta que se casa en tres meses y lo feliz que está, además de hablarle de su futura suegra. Carolina y Pablo se encuentran en la plaza y comparten su angustia. Ambos saben que deben tratarse como hermanos y confiar en que todo este dolor pasará.
Matías se inquieta al saber que Alicia trabaja en la mina, no puede evitar recordar el amago de secuestro a los hijos de la marquesa y se marcha, sin dar ninguna explicación a Marcela que tampoco se queda tranquila al ver su reacción. Maqueda toma un trago y confía a Matías su incapacidad para confesar a alguien sus sentimientos y el tabernero le aconseja ir de cara. Encarnación se enfrenta con su hija y le muestra una pistola que ha descubierto entre sus ropas, pero Alicia no se amilana y le dice que es para defenderse.
La marquesa presiona a su hijo Adolfo, cree que se equivoca de hermana al elegir esposa y aún está a tiempo de rectificar, pero su hijo le recuerda que la deshonró y es su deber cumplir. Debe respetar su decisión, como la de regresar a la mina o la donación efectuada al ayuntamiento. A la madre, le gusta su determinación, le recuerda mucho a alguien, pero no le precisa a quién. Adolfo y Tomas comprueban que Alicia es eficiente y muy trabajadora. Francisca y la marquesa se tantean, la primera quiere saber los motivos del viaje de la segunda, pero Doña Isabel no suelta prenda. Planifican la reaparición de Francisca que informa a la marquesa su deseo de simplificar las cosas, no necesita fiesta, le basta con salir a dar un paseo por Puente Viejo.