Sinopsis
El encuentro de las dos parejas resulta tenso, salvo Ramón, ajeno a las suspicacias y dobles sentidos que manejan los demás. El recién casado sostiene que decidieron todo con rapidez para evitar eclipsar la boda de su cuñada. Rosa inquieta a Manuela al comprobar su obsesión por la boda. Marta y Ramón pasean por Puente Viejo y cuentan su enlace a Tomas y Dolores.
D. Ignacio reúne a sus cuatro hijos y recapitula lo vivido en los últimos tiempos, los anima, a pesar de todo, a seguir adelante, quiere recuperar a su familia y en ese instante, reciben un telegrama que deja a todos asombrados. Doña Begoña ha salido de su sanatorio y está de camino a casa. La marquesa comprende su error, al oír a Francisca explicar que Raimundo ha sido trasladado a una casa que han dispuesto en Puente Viejo. La Montenegro no puede evitar sonreír al detectar el gesto de decepción que tiene la marquesa. D. Filiberto y Doña Isabel comparten rabia por sus frustrados planes. La marquesa está tan furiosa que se enfrenta con Tomas y le reprocha haberle ocultado sus planes para modernizar la mina. Tomás cubre a su hermano, pero cansado de sus pullitas, pregunta a su madre la razón por lo que les trata diferente y prioriza a Adolfo. Doña Isabel sigue enfadada y termina insinuando que Adolfo no es hijo de su marido, el siniestro Simón Castro.