Radios estropeadas

Irene despierta en medio de un descampado. Ha recibido una paliza y ha sido violada, aunque decide no contarle esto último a nadie. Tras descubrir que su nieta ha sido vapuleada por los secuaces de Sandro, Tirso está dispuesto a todo con tal de hacer justicia, aunque para ello tenga que confiar por primera vez en la policía. Para colmo de males, se entera accidentalmente que su hijo Santi trabaja en el bazar chino que le hace la competencia. Debido a los problemas de Nelson con la ley, su madre y él son expulsados de la pensión en la que viven y se quedan en la calle. Pero el joven no abandona la idea de fugarse con Irene, a la que Tirso mantiene aislada en su casa, y hará todo lo posible por acercarse a ella y planear una nueva huida. Por su parte, Sandro exige a Ezequiel que mate a Nelson por perder la droga.