Sinopsis
La extorsión fue una de las fuentes de financiación de ETA durante cinco décadas, junto a los secuestros y los atracos. El 80% de sus finanzas provenían del cobro de estas extorsiones conocidas como "impuesto revolucionario". La banda terrorista nunca dejó de acosar a miles de empresarios, comerciantes, abogados, cocineros, médicos y un largo etcétera: si pagabas, entrabas en el juego de financiar el terrorismo, si no lo hacías, te convertías junto a tu familia en objetivo de la banda mafiosa. ETA no detuvo este sistema ni siquiera durante las "treguas" que anunciaron. Algunos pagaron este "impuesto" con su propia vida. La extorsión de ETA deja unas cifras terribles: más de 40 empresarios y directivos asesinados, unos 100.000 extorsionados y más de 20 secuestros. Una investigación del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto explica cómo este método permitió que ETA tuviera presupuestos anuales de millones de euros en los años 70 y 80, y de unos dos millones en los años 2000. Los extorsionados son las víctimas silenciadas, las grandes desconocidas. El programa cuenta con los testimonios de Juan Mari Atutxa, ex Consejero de Interior Gobierno Vasco, de Miguel Lazpiur, empresario extorsionado que siempre se negó a pagar, o de Jesús Mari Korta, empresario que decidió pagar tras ver morir a dos buenos amigos a manos de ETA.