Sinopsis
Al fin, una buena noticia para los narcos: van a retirar los cargos por contrabando de tabaco. Oubiña saldrá libre, pero no Colombo. Para todos los demás, la entrada en la CEE implica que han prescrito sus delitos. Ya no podrán tocarles por lo que hicieron.
Carmen Avendaño increpa duramente al sargento Darío Castro por este triunfo de los narcos, pero Darío está convencido de que van por el buen camino gracias a la implicación del juez Garzón y porque ahora tienen testigos: Padín y Portabales.
Garzón y el fiscal Javier Zaragoza se entrevistan con los arrepentidos, a los que han sacado de la cárcel discretamente. Gracias a las indicaciones de Portabales, llegan hasta un zulo donde Sito Miñanco y sus hombres guardan un cargamento marcado con el símbolo de Ballesteros, una palmera.