Unos meses después de su llegada a la isla de El Hierro, Candela Montes se va acostumbrando poco a poco a la peculiar forma de vida y de trabajar de la zona. Sin embargo, todavía no ha sido capaz de resolver un complicado caso de narcotráfico que involucra a Díaz, ese empresario que terminó formando un tándem con la jueza pese a ser el principal sospechoso del asesinato de Fran, el prometido de su hija.
Durante este tiempo, las circunstancias no han mejorado y la isla continúa viendo como los asesinatos se suceden y Montes continúa empeñada en llegar al fondo del caso. Sin embargo, la cosa se complica dado que ahora no cuenta con la colaboración de Díaz, que está siendo extorsionado por alguno de sus antiguos socios. Aunque ha decidido guardar silencio, todo se vuelve más oscuro si cabe con la llegada de un sicario que intenta acabar con la vida del empresario. ¿Quién es el persona que ha decidido acabar con su vida? ¿A qué se debe este interés? Candela se mantiene perseverante y compagina estos episodios con su trabajo diario en los juzgados.
Paralelamente al desarrollo de estos hechos, Candela debe enfrentarse a uno de los casos que más le ha afectado en el terreno personal y emocional desde el inicio de su vida laboral. Gaspar y Lucía son un matrimonio que ha finalizado de la peor manera posible: con una separación sin acuerdo y peleándose por la custodia de sus hijas. El conflicto radica en que ambos progenitores no se han parado en ningún instante en qué es lo mejor para Ágata y Dácil. Este enfrentamiento divide a toda la isla de El Hierro con opiniones contrapuestas y, para sorpresa de Montes, se comete un asesinato inesperado con multitud de sospechosos repartidos por todo el territorio donde se desarrolla la trama.