Sinopsis
Andie es una niña enferma de nueve años que está en su casa de muy buen humor, cantando y tomando su medicación, cuando la habitación empieza a temblar, los objetos se caen por todas partes y se rompe el espejo en el que se está mirando.
En el hospital, House tiene alergia y trata de escaquearse del trabajo, pero Wilson le presenta un caso de los que le interesan: una niña de nueve años que tiene un cáncer terminal sufre alucinaciones que en apariencia no están relacionadas con su enfermedad. House se reúne con su equipo y ellos aportan ideas para el diagnóstico. Hacen a la pequeña una batería de pruebas del aparato respiratorio y del pecho.
Mientras Chase le realiza una de estas pruebas, la niña le dice que nunca la ha besado un chico y probablemente nunca la besarán porque es posible que no salga viva del hospital, así que le pide al doctor que lo haga él. A Chase le cuesta, pero ante la insistencia de la pequeña al final cede y le da un beso cariñoso.
A la mañana siguiente, Chase informa a House de que todas las pruebas que han hecho a Andie están limpias. Foreman sugiere neurosífilis. Aunque todos descartan que una niña de nueve años haya tenido relaciones sexuales, cabe la posibilidad de que hayan abusado de ella. Cuando House ordena el tratamiento para esa enfermedad, Chase insiste en que es imposible porque la niña le aseguró que ni siquiera la habían besado. Cameron es la encargada de hacer una exploración a la niña, que confirma que nadie la ha tocado.
House y Wilson analizan el estado de Andie, cuyos niveles han descendido otro punto, lo que hace pensar a Wilson que tiene un tumor en el pulmón, aunque eso no explica las alucinaciones. House cree que tiene un tumor en el corazón a pesar de que no se ha visto en las pruebas. Sugiere una intervención quirúrgica para comprobarlo, aunque Wilson está convencido de que la operación podría matar a una niña pequeña sin defensas.
House reúne a su equipo y les pone la grabación de un ecocardiograma de la pequeña para que busquen algo anormal en las válvulas del corazón que les de una pista. Cameron nota algo que indica un problema. Más tarde un cirujano confirma que Andie tiene un tumor en el pulmón que se extiende hasta el corazón. Wilson se lo comunica a la madre y le dice que si hay metástasis, no podrán hacer nada.
Le practican una delicada operación para extraer el tumor que ya se había extendido peligrosamente. Durante la intervención, Wilson ve que el ojo derecho de Andie sangra. Al día siguiente, House y Wilson se enteran de que el tumor del corazón era benigno y esa no era la causa de las alucinaciones de la pequeña. House se da cuenta de que un coágulo se desprendió antes de que quitaran el tumor, así que pide un angiograma del cerebro para encontrar el coágulo, que no aparece por ningún lado. House sabe que tiene que estar ahí y se puede convertir en una bomba de relojería.
Wilson tiene que comunicar a Andie y a su madre que está a punto de morir. House cree que el coágulo está afectando al cerebro de la niña en el centro de miedo, porque todo el mundo habla de ella como una niña muy especial y extraordinariamente valiente. Mientras el oncólogo comunica las malas noticias a madre e hija, House, que los mira desde la distancia, ve que la niña no muestra una respuesta emocional ante lo que le están diciendo, es ella la que consuela a su madre. House ahora está convencido de que el coágulo está causando las alucinaciones y la pérdida de emociones. ¿Dónde está el centro del miedo en el cerebro? Foreman le indica el lugar exacto, pero una intervención en ese punto mataría a Andie. Añade que no verán ese coágulo hasta que le hagan la autopsia. Al oír esto, House tiene una idea.
Va al despacho de Cuddy para hacerle una extraña propuesta: tienen que practicar una autopsia a la niña. Para ello, deben inducir una hipotermia y una parada cardiaca para poder extraerle dos litros de sangre y perforar el cráneo en busca del coágulo. El procedimiento es complacadísimo porque sólo hay 60 segundos de tiempo en los cuales un equipo numeroso de médicos tiene que estar disponible.
Cuddy accede, porque es la única posibilidad de darle a la niña un poco más de tiempo de vida, y entonces viene el momento de informar a la madre sobre el delicado procedimiento al que la van a someter. House es partidario de hablar personalmente con la niña y explicarle todo. Se ha dado cuenta de que tiene la madurez suficiente para tomar la decisión de darse por vencida o seguir sometiéndose a dolorosos tratamientos para vivir apenas un año más. Andie quiere vivir a pesar de todo.
La intervención quirúrgica es estresante, Foreman dirige al equipo de neurocirujanos en busca del coágulo que hallan en un lugar que no está relacionado con el centro del miedo. House estaba equivocado, Andie es realmente una niña valiente a la hora de enfrentarse con la muerte.
El día que dan el alta a la pequeña, un numeroso grupo de doctores espera en el hall para despedirse de ella. Andie se aproxima a House, que no quiere demostraciones de afecto, pero las palabras de la niña traspasan su coraza de hombre duro. Sale a la calle y ve varias motos aparcadas. El vendedor le dice que las puede manejar a pesar de su problema en la pierna.