Sinopsis
El policía Joe Luria recibe un disparo tras acorralar a un delincuente en un callejón. La bala choca en el chaleco y una esquirla entra en su cerebro. Joe cae al suelo en medio de un ataque de risa mientras la sangre mana de sus heridas.
House y su equipo tratan de deducir la causa de la reacción histérica del policía. Chase cree que los fragmentos de bala en su cerebro son los culpables, pero House opina que no están en el lugar donde podrían causar euforia. Chase menciona el envenenamiento por monóxido de carbono. House pide un análisis de gas en la sangre. Mientras realizan una pruba a Joe, descubren que está perdiendo las funciones motoras. Cameron menciona que alguien ha ido a buscar en su casa algún escape de gas, y el policía se pone tenso.
Foreman va al apartamento del paciente en busca de pistas y se encuentra un lugar totalmente infecto. Recoge muestras de los desperdicios que tiene por todas partes. Fuera descubre un cobertizo que el policía ha convertido en una plantación de marihuana.
House, por su parte, va a la comisaría donde trabaja Joe en busca de nuevas pistas y descubre a otro policía que tose frente a la rejilla del aire acondicionado. Le dicen que Joe se sienta justo al lado, y a House le parece que ya ha dado con la solución. En el hospital, Foreman cree que es él quien ha descubierto el origen de la enfermedad del policía: la marihuana.
A la mañana siguiente, Joe se siente mejor aunque está preocupado por si Foreman va a decir algo de su plantación. Mientras le hacen una prueba, el neurólogo se da cuenta de que el policía se ha quedado ciego y cree que tiene un tipo de ceguera en la que el paciente puede ver físicamente, pero su cerebro no es capaz de procesar la información. Esto indica daños en los dos lóbulos del cerebro. Para House se trata de un coágulo cerebral, pero no pueden hacer una resonancia magnética porque los fragmentos de la bala se moverían y causarían más daños.
Foreman se empieza a poner borde con Joe y le dice que pronto estará bien y podrá volver a las calles a asustar a la gente. Cameron le dice a House que retire a Foreman del caso porque odia a los policías. Pero no lo pueden alejar del caso porque no pueden prescindir del neurólogo del equipo.
El paciente empieza a tener taquicardia mientras Cameron y Chase le hacen una prueba de ultrasonidos. Chase ve que tiene un derrame interno en el cráneo. Foreman, mientras, no para de reírse, lo que hace pensar a los demás que tiene los mismos síntomas que el enfermo. Lo aíslan en la misma sala aséptica donde está el policía aunque Foreman insiste en que se encuentra bien. House se saca una muestra de sangre para analizar y les dice a los demás que hagan lo mismo. Puede que algún otro médico tenga que ir a la sala de aislamiento.
Cameron vuelve a analizar las pruebas que trajo Foreman de la casa del policía, pero sigue sin descubrir nada nuevo. La doctora quiere ir a la casa de Joe, pero House se lo prohíbe. Él pretende hacerle una biopsia del cerebro para encontrar la enfermedad, pero su estado no se lo permite. Lo que sí puede hacer es una biopsia del cerebro de Foreman, que ya muestra los mismos síntomas que el policía. Puede tratarse de una infección por estafilococos, cuyas toxinas causan una lesión neuronal.
House va hasta la sala de aislamiento para hablar directamente con Foreman. Le dice que le firme una autorización para hacerle la biopsia. Joe, en la cama de enfrente, está cada vez peor, con unos dolores insoportables. House se niega a que ninguno de sus médicos vuelva a la casa del policía y Foreman se empieza a poner nervioso porque no tienen ni idea de lo que le pasa y deberían actuar a toda prisa. Cuando Cameron entra en la sala de aislamiento, coge una aguja infectada y se la clava a su compañera. Ahora corre tanto riesgo que no le va a quedar más remedio que ir a la casa de Joe y traer algo que les ayude a encontrar el remedio.
Foreman está desesperado porque su compañero de habitación tiene unos dolores inhumanos y sus propios síntomas siguen los mismos pasos. Le inyecta morfina directamente en el cuello para calmar su dolor. Pero no hay nada que hacer, ya no hay nada eficaz para calmar unos dolores que lo pueden llevar a la muerte. House, desde fuera de la sala de aislamiento, le dice a Foreman que le induzca un coma para que deje de sufrir.
Cameron ha ido al apartamento de Joe y está sacando todo tipo de muestras. House, que se olía que no iba a cumplir su prohibición de acercarse a la casa, la espera a la puerta. Entonces hace recuento de lo que ha cogido y se extraña por la cantidad de pan que almacena el policía. Se le ocurre que lo utiliza para alimentar a las palomas, y que con sus excrementos hace abono para la plantación de marihuana.
De vuelta en su laboratorio, Cameron analiza los excrementos pero no encuentra lo que andaba buscando. Mientras, en la sala de aislamiento, Joe sufre un colapso. A pesar de todos los esfuerzos de Foreman, que lo trata de reanimar desesperadamente, Joe muere.