Sinopsis
Durante unas maniobras, se pierde en el bosque una patrulla comandada por el centurión Antonino. Manio y Agorastocles van entre ellos. En el campamento, los tribunos critican la falta de entrenamiento de la tropa y el escaso mando que ejerce el general Cneo Valerio. El tribuno Gabinio, en secreto, habla incluso de hacerse con el poder. La patrulla, perdida y desorientada, se ve obligada a pasar varias noches al raso, demostrando nulos recursos para la supervivencia. Para sorpresa de todos, sobre todo de Manio, es Agorastocles quien habrá de mantenerlos con vida. Y esto provoca los celos de Manio. En un momento, encuentran un grupo de tracios que se dirige hacia el campamento. Manio y Agorastocles inician una carrera por ver quién llega primero a avisar al Estado Mayor de que el ataque es inminente. Pero los tracios no son lo que parecen y quien termina dando la alarma se convierte en el hazmerreír de la legión. Ante la escala de este nuevo ridículo, el tribuno Gabinio muestra públicamente su desprecio por Cneo Valerio. Valeria tomará buena nota.