Sinopsis
El general está desconocido y últimamente encadena una victoria tras otra. Agorastocles quiere conocer a los tracios, su gente. Aprovechando un intercambio de prisioneros, se despide de Manio para irse a vivir con ellos. Antes de partir, apunta a su amo a una conspiración. Manio acude pero los conspiradores no están interesados. Manio deambula solo por el campamento. Y se topa al tribuno Gabinio, que ha sido apartado del mando y es repudiado en el Estado Mayor. Acaban ahogando juntos sus penas. Al día siguiente, Manio descubre que la conspiración es para matar al tribuno Gabinio. En ese momento, Gabinio se presenta en la tienda de Manio para pasar otro maravilloso día juntos. Manio se debate entre poner en guardia a su nuevo amigo o abandonarlo a su suerte. Finalmente, opta por salvarlo, aunque le cueste la vida. Claro, tanta entrega por parte de Manio, para un Gabinio que no sabe que hay un plan para matarlo, le hace pensar en otro tipo de intereses. Por otro lado, Agorastocles descubre que no es tracio. Y sabemos también el secreto por el que la legión ahora funciona tan bien.