Un suspenso, una psicosis y un romance inconcebible

Amador afronta su primera crisis como presidente de la comunidad: Enrique ha iniciado la reforma del local sin informar a los demás propietarios de la urbanización sobre el negocio que va a emprender. Maxi, amigo y socio del concejal, le ha convencido para que monte un bar, iniciativa que mantendrán en secreto hasta el mismo día de la inauguración.

Tras la huída de Araceli del hogar conyugal, Enrique inicia una nueva vida como separado, en la que se le acumulan los problemas económicos y domésticos. Ante el bajo rendimiento escolar de Fran, acude al colegio de su hijo para hablar con la profesora de Matemáticas, que siente una fuerte atracción por Enrique. Para asegurarse el aprobado, Fran pide a su progenitor que salga con la docente, sugerencia que Enrique acepta a regañadientes.

La preocupación de los vecinos ante una serie de violentos robos que se están produciendo en los garajes del barrio lleva a Amador a instalar una alarma en el garaje comunitario. Sin embargo, el dispositivo de seguridad crea graves trastornos nocturnos y suscita numerosas discusiones entre los propietarios. Para evitar “males mayores”, el presidente encomienda al conserje la vigilancia del aparcamiento. Una noche Maxi descubre a Antonio Recio en su coche en una situación comprometida.

Al ver cómo Cris ha abandonado el piso con una escueta nota como única explicación, Antonio y Berta se plantean qué hacer con su apartamento. Raquel propone a los Recio convertirse en la nueva inquilina de la vivienda, pero cuando llega con sus pertenencias, descubre que Silvio sigue todavía en él. El matrimonio decide entonces acoger temporalmente a la directora comercial alojándola en la habitación de su hijo, que cursa sus estudios en Irlanda.

Ante la escasez de relaciones femeninas de su hermano, Sergio pregunta a Joaquín por su condición sexual. El comercial se ofende por la impertinente cuestión, pero se preocupa a su vez. Por otra parte, los problemas matrimoniales de Goya y Vicente se agudizan en el transcurso de una comida familiar en la que la madre de Javi amenaza con buscarse un amante. Aunque ningún miembro de su familia la cree, un día surge el flechazo entre Goya y Joaquín en el ascensor, situación que convulsiona a ambos clanes.