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La que se avecina
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Crítica 'La que se avecina'

La que se avecina: Una comedia súbita

9.3
Nestormou Por: Nestormou El: 08/01/2015 20:36

Mi escueto análisis sobre la mutación de 'La que se avecina'.

Hay muchos tipos de humor: El refinado, la parodia, el crítico, el satírico, el humor humorístico -como bien puso en práctica De la Serna-, el irónico, el grotesco o absurdo, y un largo etcétera. La que se avecina los ha experimentado prácticamente todos, con mayor o menor proporción, y en superior o inferior grado de uso, como debería hacer toda serie cómica que disponga de tiempo y recursos para realizarlo.

La que se avecina se ha reinventado. Aquella serie que comenzó allá por el 2007 ha sufrido un cambio significativo respecto a la serie que tenemos en el ya entrado 2015, y que abarca su octava temporada (quién iba a decir que llegaría hasta aquí). De hecho, si en la actualidad tuviese otro nombre, yo me creería que son dos series distintas. Y eso, en cierta parte, es admirable.

Al principio, La que se avecina poseía un humor más trabajado, más elegante y mucho más perfeccionado que en la actualidad, pero el yugo de 'Aquí no hay quién viva' le pasó factura de tal modo, que hubieron de pasar varios años y darle un giro humorístico para que se fuera independizando poco a poco de su predecesora, hasta el punto que lo consiguió a raíz de su 3ª temporada. Ahí la serie vivió sus años de oro en cuanto a calidad se refiere, y empezó a mutar paulatinamente, hasta derivar en la serie actual, más dedicada a la risa instantánea, que al humor de hacer pensar, buscando lo fácil,lo momentáneo, la respuesta súbita.

La serie se sustenta en tres aspectos, unas interpretaciones portentosas en su generalidad, unos guiones que han ido en decadencia con el paso de los años pero que siguen manteniendo un gran nivel de ingeniosidad, y unas tramas que han pasado de auténticas y hasta cotidianas, a un surrealismo difícil de experimentar en una comunidad real.

Los personajes en su mayoría son magníficos. Algunos como Antonio (Jordi Sánchez) o Amador (Pablo Chiapella) han marcado un antes y un después en la sitcom de este país. Muchos han intentado imitarlos, ninguno lo ha conseguido.

Los personajes, al igual que la serie, han ido mutando, desde la 1ª temporada, hasta llegar a convertirse en su propio némesis en la actualidad. ¿Quién le iba a decir a los Cuquis que llegarían a acabar en la indigencia, separados, y a punto de perder a sus propios hijos cuando llegaron a Mirador de Montepinar hace casi 8 años, aparentando ser una familia perfecta? ¿O quién le diría a Enrique que sufriría dos divorcios, e iba a terminar viviendo sólo cuando llegaron a ser 5 familiares viviendo en el Bajo al principio de la serie? Muchos son los cambios, tanto de situación como de personalidad que han sufrido los personajes en este tiempo. La mayoría necesarios, algunos ventajosos, y otros por desgracia no tanto.

El más curioso de ellos es sin duda el cambio de personalidad de Amador. Un hombre que pasó de ser un padre de familia a un vividor-follador, perdiendo neuronas por el camino, porque también pasó de trabajar en un banco a no saber apenas hablar. Es una pena ciertamente en lo que ha derivado este personaje, que tan buenos momentos nos dejó en las temporadas 2/3/4 y que desde hace tiempo ha perdido totalmente el rumbo, culpa de los guionistas, y en parte del propio actor por exagerarlo hasta esos límites. Y no parece que se vaya a volver a encarrilar. Otros, en cambio, han sufrido un cambio beneficioso, y de hecho se encuentran en uno de sus mejores momentos de la serie, como el personaje de Enrique (magníficamente interpretado por Jose Luís Gil), el cual es para mí es el mejor personaje de la 8ª temporada, y sin duda uno de los mejores de la serie.

Además, hay personajes que se han incorporado en las últimas temporadas, y que le han dado un gran soplo de aire freso a la serie. Fermín, Fina o La Chusa, son tres personajes que están teniendo bastante importancia esta temporada y dejando bastante buenas sensaciones.

La que se avecina necesitaba ese 'cambio' de humor para independizarse de Aquí no hay quién viva, y lo consiguió, el problema es que lo consiguió de tal forma que ha llegado hasta los extremos del cambio. En las tres últimas temporadas la serie se ha descarriado (y justamente son las tres de mayor audiencia, ahí está el reflejo de que en España gusta este tipo de humor), el problema puede surgir si sigue en esta línea un largo tiempo continuado, o por defecto se sigue alargando todavía más, hasta que surja un punto en que el chicle no aguante y se acabe rompiendo. En mi opinión personal, la 6ª y la 7ª temporadas fueron las dos peores de la serie por detrás de la 1ª, aunque por suerte en esta 8ª se ha encarrilado de sobremanera, y está siendo una de las mejores, en parte gracias a algunas de las decisiones en los cambios de situación de varios personajes, cameos y fichajes frescos y capítulos especiales que han dejado tras de sí un gran sabor de boca (el capítulo especial 100, y el capítulo Navideño). No obstante ha tenido capítulos algo mediocres si los comparamos con la línea general de la temporada.

En definitiva, el humor actual de 'La que se avecina' es lo que gusta en España, ese humor desvariante, súbito y así se refleja en la audiencia. Quizá la serie pierda algo de calidad en cuanto a guiones y tramas se refiere, pero resulta invencible en audiencia, que al fin y al cabo es lo que da de comer a la serie y es lo que nos permite seguir disfrutándola en antena. Ahora ya es cuestión de gustos.

Lo importante es que con 'La que se avecina' te ríes, lo disfrutas, y es una espléndida forma de terminar los lunes. ¡Larga vida a 'La que se avecina'!

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