Sinopsis
Marzo, 1930. Cinco años después de que los planes de Gonzalo se truncaran debido a la fortaleza física de Victoria, que continuó con su embarazo, la duda de su paternidad será un lastre que arrastrará día tras día.
Mientras tanto, en Casa Márquez, Marcelina, la actual mujer de Justo, es la encargada de la educación de Pedro, el hijo de Encarna (Lucía Jiménez).
Durante todo este tiempo, Alicia ha estado ingresada en un sanatorio y ahora regresa a su casa con la idea de cambiar radicalmente de vida. Y Hugo habla de su impotencia -debida a una herida de guerra producida en la batalla de Alhucemas- con su mujer que, al mismo tiempo, continúa siéndole infiel con Fernando.
A Gonzalo tan solo le queda cerrar con la iglesia el compromiso de compra de unas tierras para ser dueño y señor de todas las explotaciones de wolframio de la comarca. Este contrato se firmará con el nuevo Legado Papal que llegará de Roma. Sin embargo, el representante del Papa no será el fiel colaborador que espera el Marqués de Castro.