Julia, ¿Raúl o Javier?

Genaro y Agustín se proponen aprovechar las ofertas estivales y por ello intentan irse de crucero por las islas griegas, toda una ganga. Sin embargo, descubren que el viaje tiene un componente especial: hay que ser gay para embarcarse en el crucero. Cuando al fin se deciden, se dan cuenta de que el resto de la plantilla, en parejitas, se ha apuntado también al viaje. Todos se hacen pasar por gays. Lástima que sólo haya dos plazas y deban disputar por ellas...

Julia está hecha un lío: cuando Raúl le prepara una velada romántica, no se decide porque cree que le gusta Javier. Las chicas del complejo le aconsejan que haga la prueba del algodón, o sea, que se acueste con Javier para saber cuánto le importa el escritor, que a su vez es aconsejado por el elenco masculino para que haga lo mismo. Al final, la prueba surte efecto: el algodón no engaña...

Paloma ha descubierto un asunto con el que puede acabar con Pedro: el ex marido de Julia ha participado en un fraude inmobiliario, estafando a gente de clase modesta con unas casas que jamás se construirán: los ahorros de esa pobre gente acabarán en la cuenta corriente de un paraíso fiscal. Paloma, Julia y Alma se conjuran para evitarlo y deciden buscar los documentos que relacionen a Pedro con la estafa.