Genéticamente infiel

Dani se encuentra bastante mal últimamente y no porque esté deprimida como todos creen... Mario, por su parte, la echa de menos. Siempre se ha considerado un hombre fuerte e independiente, pero no soporta la idea de no estar junto a ella nunca más. Intentará refugiarse con su hermana Eli, pero ésta sólo está preocupada por salir de marcha con sus compañeros de facultad. Por otro lado, Silvia se siente completamente desplazada en el bufete debido a la contratación del nuevo abogado: David Vega.

En una de las tramas judiciales, el bufete de Lex tendrá que defender a la señora Camps después de que su marido la ha demandado por lesiones. Ella le sorprendió en la cama con otra y decidió tomarse la justicia por su mano clavándole la barra de la cortina de la ducha en cierta parte de su anatomía. Es un caso difícil porque la acusada parece una mujer fría y la enajenación mental no servirá como eximente.

Mario tendrá que poner a trabajar todas sus neuronas y aplicarse como nunca, sobretodo teniendo en cuenta lo paradójico de la situación: tendrá que defender a una mujer engañada por su marido, a los pocos días de que él mismo le hiciese lo mismo a Dani.

Por otra parte, el señor y la señora Vernet desean incapacitar legalmente a su hija Miriam, que ha quedado gravemente traumatizada tras perder a su novio en un accidente de tráfico. La joven, de quince años, está embarazada y desea tener el bebé porque es lo único -dice- que le queda del amor de su vida. Los padres lo consideran una locura, una decisión tomada desde la pena y no con la cabeza. Dani y Gonzalo explicarán a los padres que es un caso perdido, una tarea difícil pero los progenitores tienen poderosas razones para no darse por vencidos