Sinopsis
Manuel Lobo está harto de Tito Soares y de su manera de actuar. El chico solo piensa en solucionar sus necesidades sexuales en la cárcel. Lobo se siente desbordado y decide que dejará el caso. Ya no aguanta más. Así se lo comunica a Alonso Soares que opta primero por amenazarle y después por hablarle con el corazón.
Por otra parte, Jaime se ha tomado muy en serio el caso y no dejará pasar esta oportunidad para ponerse una medalla. Por su lado, y sin consultar a su suegro, ha contratado a un detective que descubre que la china testigo del caso se acuesta con su primo. Cuando Lobo se entera, despide al detective y humilla a Jaime. Así que Jaime se instala delante de la puerta del local, escenario del asesinato, dispuesto a descubrir algo ilegal en la vida de la china.
La vida de Alonso Soares en la cárcel no es fácil. Echa de menos a su familia. Su gran ilusión es la visita de su hija Luisa con su nieto. Ha conseguido un regalo muy especial para el crío. Cuando Luisa se presenta sin el niño, Soares se pone casi violento con ella y le amenaza: Es la última vez que Luisa acude sola a visitarle.
Lucía queda con Toñi, una antigua amiga del internado con la que no se ve desde hace mucho tiempo. Ambas han escogido caminos muy distintos. Toñi está casada y con tres niños. Un malentendido del pasado le hace recordar a Lucía su etapa en la que su madre enfermó.
En el terreno profesional, Mara y Carmen tienen bastante trabajo. Mara tiene que enfrentarse a un caso de un ciego que iba a 180 por la autopista y recoger los restos del cadáver de un hombre que se suicidó tirándose a la vía del tren. Por su parte, Carmen se enfrenta a un caso de violencia doméstica.
Mara decide que ya es tiempo de que su padre conozca a otras mujeres. Tiene una amiga forense, separada, que le iría muy bien. La gran sorpresa se produce cuando en mitad de la comida aparece Paloma y se sienta con ellos. Mara y Carmen se miran extrañadas. Lobo hace las presentaciones y explica a sus hijas que llevan juntos dos años.