Sinopsis
A Don Lorenzo cada vez le funciona peor la cabeza y él sigue sin darse cuenta. Cuando le llaman del Ministerio para proponerle que negocie con ETA, Paco quiere evitar que su suegro pueda meterse en un lío gordo y Mariano propone ponerle a alguien que le vigile constantemente y que le grabe en vídeo para que Don Lorenzo vea con sus propios ojos lo que le está ocurriendo. Finalmente es Aitor el elegido para ser el lazarillo del Comisario.
Paco y sus hombres estudian el caso de las manos mutiladas que aparecieron en el despacho de Don Lorenzo. Las manos resultan ser del sospechoso detenido en la gasolinera, y por el que se acusó a la comisaría de racista. Se trata de una banda de crimen organizado mejicana, y saben el hotel dónde se alojaran tres supuestos miembros de la banda. A pesar de que tenían la orden de limitarse a la vigilancia desde una pensión, acaban instalándose en la suite de un lujoso hotel contigua a la de los criminales.
En una noche loca de fiesta, Pepa y Silvia hablaron de tener un hijo, pero mientras que a la mañana siguiente Pepa no se acuerda de nada, Silvia está emocionada ante la idea de ser madre y quiere iniciar los trámites cuanto antes para que sea Pepa quien preste su vientre ya que ella no puede. Pepa no sabe cómo reaccionar ante la idea y no quiere herir a Silvia.
Por otro lado, Mariano confiesa a Paco que Salgado ya no le atrae y le surgen dudas sobre su propia condición sexual.