Los lazos invisibles

Dispersos, fuera del hogar, así es como empiezan nuestros protagonistas este capítulo, cada uno intentando escapar de los planes de Madre, intentando salvar su vida.

Julia y Michelle se enfrentan por la planta y en la pelea Michelle juega sucio y se hace con ella. Julia despierta en el bar junto a Mario, ahora los dos están secuestrados, a merced de lo que Madre quiera hacer con ellos.

Madre sabe que Julia está enamorada de Mario, así que lo utiliza para chantajearla. Dos niñas muy poderosas, Gema y Tania, entran en juego. La primera convierte en piedra todo lo que toca y la segunda puede devolverlo a la vida. Madre utiliza a Gema para convertir a Mario en Piedra….. ahora Julia, si quiere volver a Mario con vida, tendrá que darle la fórmula a Madre.

Madre sonríe victoriosa y empieza la cuenta atrás. Julia tiene allí la planta mágica y todos los utensilios para hacer la fórmula, todos menos uno: tiempo, porque tiene que conseguir la fórmula antes de que Mario se quede de piedra para siempre.

Culebra y Sandra despiertan atrapados en la guarida de Madre. Por culpa de Michelle, Jacobina consiguió cogerles y ahora están acorralados. Gracias a sus poderes consiguen salir sin que les pillen, pero en la huida entran en la sala de control del Clan Elefante desde donde Madre controla todos los movimientos de los niños poderosos y dónde tiene toda la información.

Sandra y Culebra buscan entre documentos y acaban encontrando el informe de la familia Castillo. Allí ven claro el objetivo de Madre y cuáles eran sus tapaderas, Michelle, Martín, el bar… Hay que darse prisa y llegar a Valleperdido para avisar a la familia. Pero, cuando están a punto de escapar ven a varios secuaces arrastrando a un chaval, parece que lo van a matar y es Leo.

Lucas, Lucía y Carlitos llegan a casa, acaban de huir del bar dónde se ha quedado Mario, que ha dado su vida para que ellos puedan escapar. Pero Carlitos está harto de ser el último en enterarse de todo y está dispuesto a ayudar a su padre como sea.