Al más puro estilo Borrasca Filomena, la temporada 11 de 'Los Simpson' cuenta los problemas a los que deben enfrentarse los habitantes de Springfield cuando una nevada impide a todo el mundo salir de donde se encontraba, como los niños, que permanecen encerrados dentro de la escuela. Homer tratará de salvarles, pero, ¿conseguirá llegar hasta el final de esta noble hazaña o terminará por darse la vuelta? No obstante, algo que no acaba con un final feliz es su aventura como bloguero.
Convertido en el Señor X, descubre un oscuro secreto que le lleva a ser secuestrado en una isla de la que debe escapar para contárselo a todo el mundo. Sin embargo, esto ocurre después de que dos prefijos telefónicos dividan la ciudad: el 636 pertenecería a la zona más adinerada del pueblo, mientras que el 939 quedaría vigente en la zona más humilde. Sea como fuere, todo acaba en la división de Springfield y el concierto de The Who entre las dos áreas.
Familia Simpson a parte, Krusty toma conciencia de algo que no se hubiera esperado nunca: tiene una hija. Su pasión por el violín le termina llevando con Homer a colarse en la mansión de Tony el Gordo, viéndose en medio de un tiroteo entre miembros de la mafia. Y puestos a contar situaciones rocambolescas del padre de familia, descubre que una pintura de cera incrustada en el cerebro le hace no ser inteligente. Tras conseguir que se la retiren, pide a Moe que se lo reintroduzca.
Centrándonos en los más jóvenes de Springfield, esta tanda de capítulos muestra como Bart, Milhouse, Nelson y Ralph son seleccionados para la creación de Panda Tope, una banda de música. El proyecto nace directamente de La Marina Estadounidense con L.T. Smash al frente. Todos unos ídolos de masas que lanzan mensajes subliminales a la población.