La temporada número veinte de 'Los Simpson' viene cargada no solo de aventuras, sino de alguna que otra innovación tecnológica. Bart cumple uno de sus deseos: tener un teléfono móvil para él solo. Sin embargo, no es algo de su propiedad, pues en realidad pertenece a Denis Leary, actor por el que se hace pasar. No es la única "fechoría" que comete, pues se da cuenta que tiene un doble: Simón, un niño que vive con una familia y todas las comodidades que alguien podría desear.
La cosa se pone interesante en el momento que deciden cambiar sus vidas, algo que hace peligrar la integridad del pequeño Simpson. Y hablando de este tipo de decisiones, cabe destacar que termina por viajar hasta Capital City con el resto de compañeros de colegio con menores capacidades. El viaje termina con Seymour Skinner dando vueltas a un container de basura para salvar a Ralph. Aunque Lisa parece quedarse del todo bloqueada durante ese examen del que se aparta a estos estudiantes, vuelve a demostrar sus grandes aptitudes convirtiéndose en una máster de los crucigramas.
Por otro lado, la ciudad de Springfield vive momentos de crisis, incluso cerrando las fronteras para evitar que los desempleados de otras localizaciones lleguen a "quitarles el trabajo". ¿Serán capaces de tirar ese muro tanto físico como emocional que les separa de estas personas? Otro hecho importante es que Moe encuentra el amor, sin operaciones de por medio, llegando hasta plantearse una operación, dado que su amada es una persona pequeña.
Por último, pero no menos importante, el imaginario mundo de Equalia empieza a ser un quebradero de cabeza para Marge. La nueva amiga de su hija parece estar un tanto perturbada en ese sentido, pues llega incluso a creer que es algo real, buscando que Lisa la acompañe en su aventura. ¿Podrá escapar de todo ese universo inventado con facilidad?