La cuarta temporada de 'Los Simpson' comienza con Bar y Lisa acudiendo al Campamento Krusty, lugar en el que desean pasar los meses de verano. Cuando todo parecía idílico y un sueño cumplido, ambos se dan cuenta de que la realidad es muy diferente, con unas condiciones de vida muy lejanas a lo esperado. De hecho, en el primer capítulo ya resuena una canción que permanece en la mente de los mayores seguidores de la serie.
Las tramas siguen centrándose principalmente en la familia Simpson, mostrando a una Marge que despunta en el ámbito laboral fuera de la casa: consigue el papel principal de un musical y, capítulos después, es seleccionada para trabajar en la misma central nuclear que Homer, aunque el hecho de que el Sr. Burns se enamore de ella pone en jaque al padre de familia. No obstante, todo no podían ser buenas noticias para ella, pues su cleptomanía la lleva a la cárcel.
Hablando precisamente de él, Homer también termina por dedicarse a algo muy diferente: se convierte en el señor quitanieves, llegando incluso a recibir la llave de la ciudad por todo el bien que hace por Springfield. Pero, en este caso, tampoco podía ser todo de color de rosa, pues unos episodios más tarde, las autoridades llegan a retirarle el carné de conducir por subirse al coche en estado de embriaguez.
El pequeño Bart también tiene su protagonismo en esta tanda de episodios, pues no solo trata de desvincularse de Homer buscando un "hermano mayor", sino que vive por primera vez lo que es el desamor: su niñera Laura. Mientras él bebe los vientos por esta chica, ella prefiere estar con alguien de su edad. El corazón de Bart se rompe cuando se da cuenta de que Jimbo Jones es con quien está manteniendo una relación.