Sinopsis
El anterior episodio cierra con una impactante secuencia: Juan Rueda en el punto de mira de un arma de fuego y, a continuación, el disparo. Pîlar es la ejecutora del disparo. Vlad advierte a la joven que atentar contra Rueda no ha sido lo mejor, es su socio y no deben llamar la atención.
Entre tanto, la investigación policial en la búsqueda del asesino en serie continúa su curso. La Guardia Civil concluye que Agneska es lo único que tienen en común Barislav, Fernando y Marta. Deciden contárselo a Pablo, que le pone escuchas para sacar información. Pero Agneska afirma que ella no es culpable, que no ha matado a nadie.
Héctor estudia las palabras de los anónimos que recibe Fernando en prisión y descubre que existe un pequeño error en la tipografía de la letra M; además de que todas las cartas coinciden en la impresión de la tinta y el gramaje de papel. Parece que todas las palabras han salido de la misma fuente: del mismo libro. El objetivo ahora es encontrar la imprenta de ese ejemplar.
Sergio, por su parte, descubre a Agneska y Pablo enrollados, lo que provoca el temor de la rusa a que Sergio se vaya de la lengua y se lo cuente a Juan. Así que Agneska, por si acaso, hace una visita a Fernando en la cárcel para preguntarle donde esconde Rueda su dinero.
Agneska, que no se fía del silencio de Sergio, está algo desesperada y decide huir cogiendo joyas y dinero.
Fernando ofrece a Héctor información importante a cambio de un permiso penitenciario especial con el que hacer una salida de prisión durante unas horas. Héctor consigue el permiso y pone en marcha un dispositivo para controlar los pasos de Fernando fuera de la cárcel. Cumpliendo su palabra, Fernando entrega una nueva carta a Héctor donde lee una inquietante afirmación: "Campoamargo pide más sangre y yo se la voy a dar…"
En una última secuencia, una chica anda por un camino con la ropa destrozada y sangre en la cabeza. Camina como un zombi…