Sinopsis
Comienza un nuevo curso académico en el Hospital Universitario. Los nuevos aspirantes a médico son distribuidos según la especialidad escogida. El equipo médico da la bienvenida a Mateo, en el primer curso de residente de Pediatría, especialidad que ha elegido para quedarse en Madrid con su novia pese a que odia a los niños. Todo lo que aprendió en la facultad parece no serle útil ahora. Dávila, su adjunto, le dará una gran lección con su primer paciente, un niño con una grave cardiopatía al que transplantan el corazón.
Carmen pasa al segundo curso de residencia en Traumatología. Su propósito es seguir siendo la chica sin muertos, pero en su nuevo destino tiene que soportar a Pilar, su adjunto, con la que no tiene nada en común. Se empeña en pasarle enfermos terminales pero Carmen trabaja duro para salvarlos. En este capítulo comete el gran error de los residentes: prometer a los pacientes lo que no está en sus manos.
Nuria es hija de un prestigioso cirujano e inicia su tercer año de residencia con la llegada de su hermano a Urgencias con un coma etílico. No tiene tiempo de atenderle pues Cristina, su adjunta, le reclama para una operación interesante, algo a lo que una cirujana por vocación como ella no puede negarse. Tras varios días de intenso trabajo, decide ir a la fiesta de bienvenida a los residentes en la que ha de socorrer a un chico apuñalado en una pelea. El método utilizado para conseguir que le remonte la tensión arterial va a pesar sobre ella.
Eduardo es el veterano residente de Medicina Interna. Edu va a ser un buen médico, ama la Medicina y tiene un sexto sentido para los diagnósticos que muy pocos residentes ven. La vida le ha maltratado causándole un gran tormento en su interior, pero él se ha puesto una coraza con la que esconde su gran corazón. Lapartida, su adjunto, le quita un caso para un artículo y eso le enfada tanto que le lleva a uno de sus ataques de violencia con el que se mete en problemas con la justicia.
Gloria llega desviada de otro hospital para hacer su cuarto año de residencia en Neurología, pero enseguida se une al grupo de los MIR. Es sorda desde los quince años por una meningitis y hace ocho se puso un implante coclear en un oído. Desde entonces hay que hablarle por el lado bueno. Su minusvalía desconcierta a algunos pacientes y a veces también a otros médicos, pero ella está acostumbrada. Su encuentro con Edu, desde el primer momento, hará saltar chispas.