Correr para no moverse

Juanita Solis continúa siguiendo a Gabrielle para descubrir si realmente le está siendo infiel a su hijo. Pero Gabrielle no se lo pondrá nada fácil utilizando todas las armas a su alcance. Se descubre la adicción por el juego de Juanita, que despelleja a todas las mujeres en la habitual partida de póquer. Al día siguiente, Gabrielle lleva a Juanita al casino, que se gasta todos los ahorros de la tarjeta. Finalmente, Juanita descubre la aventura de Gabrielle con John, aunque necesitará más pruebas...

En un rastrillo en el vecindario, los Young venden las pertenencias de Mary Alice con la intención de mudarse de Wisteria Lane. Susan se queda con una extraña manta que ayudará a comprender qué ocurre con el pasado de Mary Alice, cuyo nombre real es Angela como descubrieron las chicas en capítulos anteriores.

Mientras tanto, Lynette conoce a las madres de los nuevos compañeros de sus hijos. Están preparando una representación de Caperucita Roja. La coordinadora de la asociación de madres, Maisy Gibbons, propone una serie de cambios en la historia para eliminar la violencia generada por el lobo, cambios con los que Lynette no está de acuerdo. Finalmente, Lynette se enfrenta con Maisy y recibe el apoyo de las demás madres. Para poder hacer frente a las tareas, Lynette descubre que las pastillas para los nervios de sus hijos pueden ayudarla.

Bree y Rex siguen acudiendo a la terapia matrimonial. Rex confiesa en la terapia que no está contento con su vida sexual con Bree y propone acudir a un asesor sexual, cosa que a Bree no le hace ninguna gracia. Bree decide sorprender a Rex sexualmente, pero acaba descubriendo que sus manías son mucho más importantes que el sexo.

Paul Young medica a Zach con antidepresivos. Las chicas sospechan de las misteriosas actitudes de ambos, y Susan decide seguir a Paul, hasta descubrir que va a visitar a Zach, que se encuentra internado en un centro psiquiátrico. Julie se cuela en el psiquiátrico y Zach confiesa recordar lo horrible que le pasó a Dana...