Sinopsis
El capítulo comienza con la incineración de Mary Alice Young y los recuerdos de ésta sobre sus amigas. En el mundo de los vivos, Bree ahora duerme sola, ya que su marido Rex ha bajado a dormir al salón, a un incómodo colchón, más incómodo aún cuando Bree le saca los hierros a escondidas.
Susan recuerda una de las últimas tardes en casa de Mary Alice con las chicas. Es 15 de noviembre, y para ese día Mary Alice había preparado una fiesta, en su homenaje las chicas deciden celebrarla. Todas tienen problemas para convencer a sus maridos: todos tienen trabajo, están cansados... o en trámites de divorcio. Susan le pide a su exmarido que se quede con July, y siente envidia la jovencísima novia de éste.
En el vecindario, una niña pilla a Gabrielle y John besándose en casa: su relación ya no es tan secreta. Es Ashley, la hija de los nuevos vecinos. Ahora Gabrielle debe sobornar a la pequeña para no comente nada de lo que vio: el primer regalo, una nueva bicicleta, pero antes Gabrielle tendrá que enseñarla a montar.
En casa de Mary Alice, su hijo Zachary descubre una pistola en una caja... es el revolver que utilizó su madre para suicidarse, y que su padre aún guardaba por si algún día fuera necesario. Se descubre que el misterioso cofre que tiraron al río contiene restos humanos.
Continúan las sesiones de terapia de Bree sin mucho éxito, su matrimonio parece ya roto. En la fiesta, la tensión entre ambos estalla cuando Rex confiesa que asisten a una terapia para salvar su matrimonio. Para romper la tensión, Susan cuenta que se quedó desnude sin poder entrar a casa. Cada una confiesa sus secretos y Bree desvela que su marido llora después de eyacular. Tras lo ocurrido con Rex y Bree, Lynette y Gabrielle también se preguntan seriamente si sus matrimonios no están en crisis.
Rex finalmente se marcha de casa. De visita al asesor matrimonial, Bree descubre la cinta de Mary Alice Young, que se guarda en el bolsillo... mientras Paul pone en venta la casa de los Young.