Sinopsis
A Raúl no le ha gustado nunca tomar decisiones. Ahora no le va a quedar más remedio: Irene le pone delante el contrato de la panadería y Bea, su novia, un par de billetes para Londres. Panadero o viajero, ésa es la cuestión.
Julia, sin embargo, es de prontos. Una noche se lanza a buscar a Jaime por los bares de ambiente gay convencida de que todavía puede reconquistarlo. Después de un encuentro tórrido necesita confirmar su victoria en una cena. Pero las cenas son caras y para conseguir dinero utiliza a Nicolás y hasta se ofrece a sustituir a Raúl en el obrador haciendo el pan.
Por la panadería desfilan aspirantes de todos los estilos, pero Raúl es incapaz de escoger a nadie. Harta, Bea se implica en la búsqueda y harta también, Irene le exige a su hijo una firma, cercada por el banco y por Manuel, que se ofrece a tantear las cuentas de la familia a cambio de amor. Agobiado, Raúl se refugia en las madrugadas solitarias del horno. Una noche, esa intimidad la rompe Belinda, empeñada en ayudarle a decidir, a su estilo.
Magda, dispuesta a intimar con Willy a costa de lo que sea, asalta la panadería, expropia bollos, barras y pasteles para repartirlos entre los más necesitados. Pero a Irene no le hace ninguna gracia el operativo y Magda tiene que devolver hasta el último euro. Willy será otra vez su cómplice.
Con Palmira empeñada en dejarle la herencia a Gabriel, con la indecisión de Raúl, las tropelías de sus dos hijas y la bancarrota a las puertas, Irene acepta, por fin, una cena en la que Manuel, se ofrece a solucionar de una vez todos sus problemas económicos y emocionales. Sólo hace falta una firma.
A Gabriel le hace falta dinero. Acosado, asustado, acepta una cita con el tipo que le persigue para entregarle sus ahorros y mitigar la deuda que le puede costar la vida.