La tercera temporada de 'Narcos: México' prosigue narrando las historias de todo lo ocurrido tras la entrada en prisión de Gallardo. Nada fácil es controlar en el mundo de las drogas mientras estás en la cárcel y más si se trata de la década de los noventa, con las vías de comunicación mucho más limitadas. Sin embargo, el protagonista de esta historia sigue siendo consciente de que hay mucho trabajo por delante: controlar todas las escisiones que surgieron tras su detención.
En el exterior, el contexto sociopolítico tampoco augura un periodo de tranquilidad. Los mandatarios se adentran en una guerra más que agitada, mientras que las calles se llenan de violencia; motivos más que suficientes para que surjan nuevas figuras en el ámbito del narcotráfico. Los nuevos capos amenazan todo lo que Gallardo había conseguido poner en pie.
Las drogas han dejado de unir fuerzas, fragmentándose en diferentes bandos rivales, mientras nuestro protagonista se ve incapaz en algunas ocasiones de recuperar ese mando que tuvo en el pasado. Poco a poco, su principal rival irá consiguiendo más y más porcentaje del mercado y es esta tercera temporada de 'Narcos: México' donde puede verse las estrategias que pone en marcha para lograrlo.
Al mismo tiempo, la presión policial y de la Justicia tienen un hueco más que reservado, poniendo sobre la mesa todo lo que vivieron los narcotraficantes de la época. Ante este planteamiento, la pregunta es fácil: ¿Cómo acabará la rivalidad entre Amado Carrillo Fuentes y el propio Gallardo? Sea como fuere, esta tercera tanda de capítulos trae a un personaje famoso debutante en una ficción: Bad Bunny, interpretando a Arturo Kitty Páez, un miembro de la banda Narco Juniors. Esta agrupación está formada por jóvenes ricos que buscan el dinero fácil y son unos apasionados de la violencia, pero también del polvo blanco.