Seis meses después del final de la segunda temporada, la vida de Marty y Wendy ha cambiado sustancialmente, puesto que el casino ya está en funcionamiento. Que el negocio haya comenzado afecta a la familia en conjunto, pero muy especialmente a la relación matrimonial entre el asesor financiero y su mujer. Ambos lucharán por mantener bajo control a su familia, para que el caos no se adueñe de ellos.
Marty está convencido de que podrán mantener el statu quo del que gozaban hasta ahora. Pero Wendy sueña con ir más allá y planea una expansión del negocio que les permita enriquecerse aún más. Así, pone en marcha una alianza con Helen y con el líder del cartel mexicano de drogas, Omar Navarro. Las cosas parecen ir a la perfección, pero todo se complica cuando el hermano de Wendy, Ben, llega al tranquilo complejo turístico de Ozark. Es ahí cuando la vida de todo ellos se ve sumida en el caos.
Por otra parte, Ruth está cada vez más segura de sí misma y de las cosas que puede llegar a hacer. La joven, que era parte importante de la operación de lavado de dinero de Marty en un club para caballeros local llamado Lickety Splitz, se encuentra muy agradecida con el asesor financiero, porque fue él la primera persona que confío en ella y en su talento y que le dio responsabilidades en un negocio tan importante. Ruth está mucho más unida ahora a la familia Byrde, pero a su vez, como es mucho más autosuficiente, comienza a preguntarse si ser una más del clan es lo mejor que puede llegar a ser o si, por el contrario, es más ambiciosa y quiere conseguir más.