Sinopsis
Ana ha salido de su cautiverio y se ha reencontrado con su familia. La repercusión mediática ha sido inmensa, pero ella se muestra en estado catatónico, no reacciona a ningún estímulo -incluso se queda impasible cuando ve a su padre- y no contesta a ninguna pregunta de la policía. Elías deduce que está fingiendo porque aún no ha decidido qué versión dar de lo ocurrido: si culpabilizarle a él y a Pol, o dar credibilidad a la mentira ideada por su captor y acusar a Héctor Castro para exculparle.
Temeroso de que la joven decida contar la verdad, le pide a Alicia que vaya a casa de los Saura a hablar con ella, pero allí ocurrirá algo dramático que lo cambiará todo. Por otra parte, la jueza ha contratado a Marta Hess para que organice una defensa conjunta para Elías y Pol en el caso de que Ana hable. La sirvienta de los Mur le confiesa a Hess que el padre de Santi no fue a misa la mañana del apuñalamiento, lo cual le resultó extremadamente raro. Este hecho, unido a la llamada que Santi realizó desde el teléfono de Charry aquella
mañana, lleva a la policía a registrar la casa de los Mur.
Paralelamente, en comisaría, se descubre un detalle en los vídeos
de seguridad de los Elías que podría servir para identificar al
atacante.