Sinopsis
Es el día del bautizo de Eugenia y toda la familia se prepara para celebrarlo. Adela y Germán disfrutan de su felicidad junto a su hija a pesar de la preocupación de la Silva por el encuentro con Leticia, la hermana de su difunto marido. Y no es para menos. Las averiguaciones de Velasco hacen sospechar al inspector que es la persona que está amenazando a las Silva. Sin embargo, ante la falta de pruebas contundentes, Celia y Velasco deciden no contarle nada a Adela. En lugar de eso, Velasco asistirá al evento como acompañante de Celia y velará por la seguridad de la Silva sin que ésta se dé cuenta.
Entretanto, Diana quiere hablar con Carlos para convencerle de que deje de fabricar bombas de cloro en su fábrica de Núremberg, pero Salvador teme que eso sólo consiga que don Ricardo se lleve el negocio a otro lugar. La solución para evitar todas esas muertes provocadas por las bombas es otra y Salvador cree haber dado con ella. Blanca, atormentada por ver a Cristóbal con Inés, se desahoga con Francisca. Francisca la anima a enfrentar a Cristóbal y descubrir la verdad, pero la llegada de Rodolfo para acompañar a Blanca al bautizo impedirá la conversación. Mientras, Cristóbal se mantiene firme en su decisión de no asistir al bautizo y ve con dolor cómo Blanca se marcha con Rodolfo. Por otro lado, Francisca tendrá que lidiar con las jaquecas y el capricho de Luis para asistir al bautizo. Y es que el marido de la Silva se niega a permitirle ir sin él. Situación cuyas consecuencias pagarán Merceditas y Rosalía. Por su parte, Gabriel se queda bebiendo en el Ambigú en lugar de asistir al bautizo y es sorprendido por la petición de ayuda de alguien inesperado. El bautizo es un éxito, todos se muestran felices y los invitados disfrutan de la celebración hasta la aparición de alguien que no ha sido invitado. Aunque no será esto lo que dé al traste con la felicidad del momento sino un pequeño olvido que cambiará la vida de nuestros personajes para siempre.