Sinopsis
Las hermanas Silva se toman de diferentes maneras el hecho de que Elisa quiera ser monja. A unas les parece bien, a otras como Diana les parece que es un capricho pasajero. Para demostrar que lo suyo es vocación auténtica, Elisa regala todos sus vestidos a la nueva empleada de la tienda de sombreros de su hermana. Ni Carlos ni nadie son capaces de convencerla de que abandone.
Blanca se lleva una desagradable sorpresa cuando se entera, de boca del mismo Cristóbal, de que está colaborando con los anarquistas. La mujer le pide a su esposo Rodolfo que convenza a Cristóbal de abandonar esa locura, ya que puede perjudicarles a todos.
Diana se entera de que Luis ha hecho un pedido de tinte excesivo, por error. La mujer está airada, no cree que el músico deba trabajar en la fábrica. Mientras, su esposo ausente del trabajo, intenta conseguir un crédito para montar un negocio de coches deportivos. Adela va a preparar una fiesta de cumpleaños para Camino y el padre Julián se lo agradece. La joven cubana está muy feliz.
Rosalía contrata a Elpidia, aunque no le cae nada bien por su carácter indiscreto, pero reconoce que sus guisos son extraordinarios. En la cárcel, Marina recibe la visita de Cristóbal y luego de Celia. La mujer miente descaradamente y se hace la víctima. Parece que su papel no tiene grietas por donde atacar.
Celia se entera de que el informe psiquiátrico de Marina ha desaparecido del despacho de Velasco. La mujer tiene alcance a las pruebas desde dentro de la cárcel. Al pensar que quizá sea Aurora quien haya cometido el robo, Celia la echa de casa sin contemplaciones.