Sinopsis
Las hermanas Silva siguen adaptándose a la pérdida de Adela. Diana y Salvador, que se han hecho cargo de la pequeña Eugenia, apenas duermen porque la pequeña tiene cólicos. Soledad se ofrece a aliviar el cansancio de Diana cuidando de su sobrina, pero su gesto tiene muchos detractores; Antonia se enfada con Soledad y con Diana porque cree que no quieren que cuide a la niña; además, Doña Rosalía, que conoce bien a Soledad, la echa de casa y le pide a Salvador que le prohíba la entrada.
Mientras, Rodolfo prepara a la Cachetera para su encuentro con el secretario de Eduardo Dato. Con aspecto de señorita, Amalia se encuentra con Gabriel, después de un largo tiempo: ella se insinúa pero él la rechaza, anunciándole su próxima boda. También ante su futuro enlace, Elisa obliga a Ciro a trabajar en Tejidos Silva, puesto que al joven no le interesa nada.
Marina, por su parte, sigue hostigando a la familia. Presiona a Blanca para ser ella quien dé la charla para reclutar damas enfermeras, y cuando Don Luis le pide láudano, ella exige conocer de antemano posibles maniobras de Don Ricardo contra ella.
Mientras, Celia y Gabriel observan con preocupación cómo su amigo Velasco se está echando a perder en bares, casas de alterne y demás tugurios de mala muerte.