La luminosa

Benjamín y Rosalía se preparan para asistir al entierro de los padres de Benito, al que Diana está decidida a acudir para demostrar a todo el mundo que siente lo sucedido y anunciar que se indemnizará a las familias de los fallecidos. Sin embargo las cosas no resultarán como Diana espera.

A Salvador le resulta imposible asistir ya que debe correr en la carrera que todo el mundo cree que ganará su contrincante. Sin embargo, una argucia de Rodolfo consigue que éste no esté en plenas facultades y que Salvador gane. Esto traerá una suerte desigual para aquellos que apostaron contra Salvador. Entre ellos, Ciro y Carlos, que se las tendrán que ver con sus esposas. Aunque Carlos tiene una noticia para Sofía que eclipsará todo lo demás, Elisa es incapaz de decirle a Ciro que ya se ha gastado parte de esas supuestas ganancias.

Gabriel descubre que Velasco le ha mentido y no ha mantenido relaciones íntimas con Bruna. Tras abroncarle por el engaño le proporciona un remedio infalibre para conseguir su propósito. Por otro lado, Gabriel está centrado en conseguir que Damián firme la nulidad matrimonial de Úrsula. Pero, a pesar de pagarle una gran suma de dinero, no le resultará tan fácil como piensa.

Celia descubre que el novio de Elpidia le ha pegado y, a pesar de los ruegos de ésta para que deje las cosas como están, la Silva acude a Velasco en busca de ayuda. Sin embargo, la ley no está de su lado y Celia tendrá que utilizar otros cauces para defender a la criada de los malos tratos de su novio. Blanca intenta un acercamiento con Cristóbal preparándole una fiesta sorpresa, pero éste no acude ya que se encuentra atendiendo a las prostitutas de la casa que regentan Cándida y don Ricardo.

Cuando la Silva le pide explicaciones, Cristóbal la pone en su sitio. Marina descubre la presencia de un niño en casa de las Silva y, a pesar de la mentira que le cuentan, la Montero decide investigar si la historia es cierta. No será tan fácil como pensaban las Silva mantener en secreto la identidad del hijo de Francisca.